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Rate Me (Califícame), 2021

Vídeo, 00:02:56, 

La obra está estructurada como una evaluación de empleado, inspirada en un formulario real de autoevaluación utilizado en el lugar de trabajo de la artista. La frase "Califícame del 1 al 10" refleja la obsesión social por asignar valor a las personas, reduciéndolas a puntuaciones numéricas basadas en su apariencia y personalidad. Los empleados son calificados por los clientes, compradores misteriosos, encargados, además de tener que realizar su propia autoevaluación. Las preguntas reales que aparecen en el formulario de evaluación, que la obra imita, se centran en la apariencia del empleado y en la ‘personalidad’ que se espera que desempeñe.


La empleada aparece entre un entorno de trabajo y un espacio despojado, vistiendo únicamente un mono beige y adoptando una postura similar a la de un maniquí. Despojada de su uniforme, queda expuesta, no como un individuo liberado, sino como alguien sujeto a un papel, con una estatura de muñeca que refleja las limitaciones que se le imponen. Junto a la empleada desvestida juegan las preguntas, que instan al espectador a evaluarla, difuminando aún más la línea que separa a la persona del producto.

La obra destaca las expectativas de que los empleados muestren determinadas emociones independientemente del comportamiento de los clientes, que a menudo traspasa los límites personales.

La obra destaca las expectativas de que los empleados muestren determinadas emociones independientemente del comportamiento de los clientes, que a menudo traspasa los límites personales. La obra sugiere que los empleados son tratados como lienzos en blanco en los que los clientes pueden proyectar sus emociones.
Las preguntas tienen un trasfondo sexual, como si se evaluara al empleado para un acto íntimo. Cuando se pregunta al espectador: «¿Se han satisfecho todas sus necesidades?», la obra transmite que se espera de los empleados que satisfagan no sólo las demandas comerciales, sino también las necesidades emocionales de los clientes. Las preguntas no sólo evalúan la proximidad del empleado, sino también la credibilidad de su actuación. 


No ser lo suficientemente cálida fue una respuesta verdadera que la empleada recibió a través de una evaluación de comprador secreto.

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