Karolina Adamczak

Vídeo, 00:02:25

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La obra adopta el estilo de un anuncio publicitario, presentando al empleado como un producto a la venta. Promueve un programa que se asemeja a un juego en línea, donde los jugadores diseñan un personaje desde cero eligiendo su apariencia y personalidad. El anuncio ficticio promete a los empleadores la capacidad de moldear a los trabajadores para que se adapten a sus necesidades, creando desde cero al "empleado perfecto". La obra refleja las expectativas del mundo real que se imponen a los trabajadores para que interpreten los papeles dictados por sus empleadores, exponiendo la deshumanización del trabajador al esperar que abandone su verdadera identidad y adopte una versión automatizada de sí mismo.